viernes, 29 de enero de 2010

Mal.
Así va todo, simplemente Mal.

No, no es ana mi problema, no lo es el exceso de comida ni la falta de ella.


No, no son las interminables discuciones con mi hermana, llenas de odio y orgullo.

No, no es el desamor de mis padres, la falta de consideración ni el poco afecto que me tienen.


Ni mucho menos es el hecho de ver a mi ex en cada esquina, a cada instante, riendo o simplemente pidiendome que hablemos...


No es ninguna de esas cosas las que me tienen así: sumida en una melancolíca miseria que me hace ver y sentir tantas cosas tan horribles, que derrumba todo lo que con tanto esfuerzo he edificado en este tiempo, que me arrastra hasta lugares insospechados y me consume por completo.

No se como explicarlo, ni mucho menos a que se debe toda esta pena acumulada. Nadie la ve. Nadie la nota. Nadie la oye. Solo yo me doy cuenta de que esta ahí, viva en cada mirada, presente en cada movimiento, hablando a través de mi. Nadie se da cuenta. Solo yo...Es mi sombra, o yo soy la sombra de ella? no lo sé...Falta tiempo...Faltan ganas...Falta fuerza para tratar de descubrirlo...



Gracias a todos por sus comentarios...Realmente sois lo unico que tiene sentido en mi vida...


Msn: deformed__diva@hotmail.com
Web: www.fotolog.com/alice__crystal

sábado, 16 de enero de 2010

Happy B-day Ana ¿?

Sé lo que siente...

En un comienzo la fortaleza tras haber pasado horas evaluando curvas y excesos que nunca deberían haber estado. No sabemos como nos dejamos acarrear hasta tal circunstancia, pero prorrumpe de pronto una fuerte convicción por transformarlo todo. Por tomar la materia uniforme y moldearla bajo el diseño de nuestra manía, mutilando las exuberancias que vemos con el zoom de nuestra mirada. Con esfuerzo alcanzamos las tijeras y con la mano ligera recortamos, el filo sabroso de sus hojas rebasa su trabajo aprovechándonos vulnerables y ciegas.

Cada día que pasa se lleva algo de nosotras mismas y lo agradecemos, pero las horas también van drenando nuestra alma. De una simple decisión por vernos mejor nos enamoramos del cambio y queremos más, probamos del fruto equivocado y la sed ahora nos insita a continuar, ignorando las sospechas de falta de saciedad.



Un día entonces despertamos con los brazos ceñidos al cuerpo y bajo el frío de las mantas abrazamos con goce nuestros huesos, acariciamos cada curva delimitada por su dureza cobijada por nuestra piel aun tersa. Esa mañana saludamos a distancia al desayuno, al almuerzo y a la merienda que nunca existió... llega la noche y con el recuerdo de la real belleza matinal saludamos a la cena también.



Pasa un día, pasan dos, pasan tres... los almuerzos nos llaman por teléfono, invaden los comerciales de televisión, cortamos la línea y forzamos con el control a sintonizar la inspiración: ftv, el “Falso templo de Vanidad”. La ropa se convierte en disfraz, nos perdemos dentro de ella y cae una lluvia de cinturones para amordazar los jeans a nuestra cintura. El malhumor por la falta de azúcar, el mareo que nos hace volar y nuestra dicha al sentirnos flotar. Somos del aire, somos simplemente un componente más que se deja llevar.



Entonces, sin previa advertencia amanecen las ansias, la fiera feroz carcomiéndonos las entrañas, nuestro alrededor hablándonos adornado de apetito... y la música ambiental ensordece, las manos desenredadas de nuestro mando tantean el refrigerador... nuestros ojos de luz se encienden y tragamos sin sabor...


De la crisis a la destrucción, un camino guiado. El fuego ascendiendo con la culpa de mil demonios excitándose hacia la tráquea, escupiendo mil embrujos a la voluntad desequilibrada. Con un camión en la espalda y los ojos inflamados. El espejo nos regaña, la diosa aparente viviendo en nuestra imaginación nos suelta de la mano, el título que nos grabamos en el brazo se desangra... cae la corona y el reino entero se turba.


Nuevo comienzo al día siguiente, lazo rojo en la muñeca sintiéndonos pertenecientes.


La casa como un gran freezer, y el sol en el armario llorando. Con la mentalidad crispada, pierde relevancia el autorretrato descansando en la mesita de luz, donde alumbra el rostro del pasado.


La comida trasmuta en números, así como lo expreso es, así como sólo nostras lo concebimos. No comemos una manzana o un alfajor, no, nos comemos un ochenta y un doscientos diez. El DNI a la basura, su foto nos abandona, anulamos nuestro nombre y tomamos a cambio el título de tres cifras: edad, altura y peso. Calificándonos personas como un todo superficial. La balanza el símbolo de amistad, las salidas indicios de torturas, una llamado al cerrajero para restringir la cocina con una cerradura. El vicio insípido es colmado con la pureza del agua. Arriban el insomnio, la atención absorta, el paso glaciar...


Inicia un juicio perdurable, el fiscal es el metro que nos examina, una serie de cuestiones arrinconando nuestro remordimiento, sólo es cuestión de asentir a un caramelo para hacer de ello la causa perfecta para una condena perpetua.






Sé lo que es estar ahí dentro...

jueves, 7 de enero de 2010

Año nuevo ¿Vida nueva?


Ultimo día.. un cambio exclusivamente mental, nunca comprendere ese extraño poder que tiene el calendario para darle un vuelco a nuestra psicología. ¿Qué termina y qué empieza ahora? Pero lo más importante: ¿quién lo determina?
Y sí, quizá ahora lo logre y siga las dietas rigurosamente, quizá no me ausente al gimnasio por siete días completos y le sonría mas cálidamente a la gente. Quizá ahora voy a despertarme y abrir las cortinas para disfrutar de aquello que ayer ocultaba tan fastidiada.
Sigo sin entender porque la gente me mira con recelo cuando les explico que el año nuevo es sólo una extensión del viejo, que voy pintando globos de negros y que agrego violines a una melodía de platos y tamboriles. Pero yo soy quien le sube el volumen a la realidad, no quien deja entrar la lluvia, sino quien intenta amar lo que es sin necesidad de disfrazar.


Me llevo del 2009 mucho de lo peor, lo que nunca hubiera imaginado, lo que más ame. Lo que me hizo despertar mientras me dormía. Fueron mis manos que nunca supe bien como funcionaban las que cometieron tantos errores, los mas maravillosos que construyeron en fin un reino vacío, que aun espera porque sus huéspedes se decidan pronto por aceptar la escritura que los hará dueños.
Me llevo mil imágenes, desde las mas bonitas y profundas, hasta las más borrosas, las más sombrías y claras, me llevo puertas, abiertas y cerradas, pero siempre tengo un juego infinito de llaves.

Me llevo el amor, el odio, me llevo narcisos, rosas y lamentable o afortunadamente en su mayoría me llevo ramos de calas... pero nada contrasta el puñado de alegrías que revisten las corona. Me llevo todas para transportar del jardín trasero al frente, para construir un reino con subsuelos, escondites y puentes.

Me llevo manuales, inventarios y consejeros, para atizar el fuego cuando brote el invierno de pavadas y sople una correntada de duda y miedo. No sirven los luceros del cielo mas que el que llevamos como lunares pegados en nuestro cuerpo o a los que voluntariamente decidimos invitar a pasar a nuestros adentros.

Arranque muchas cosas a mi paso, algunas terminaron en mi bolsillo, de las cuales una gran parte de ellas las perdí en el camino cuando al descuidarme el mismo se descosió por la presión y por su consecuente ahogo. El resto solo las tome para arrojarlas más lejos...
Me guste o no, este agradecida o maldecida, sea suerte o sea dios, la mochila cargada es quien me va a acompañar en la próxima subida.

¡Gracias dos mil nueve! Recogí de los pasillos de tus días: quinientos perdones, el doble de ‘¿por qués?’, trescientas inyecciones de angustias en los brazos y piernas, cien pitadas a la memoria, cincuenta orgullosos y escasos gracias, veinticinco combos de besos y abrazos, sólo quince lagrimas verdaderas, diez monedas perdidas en el fondo de una fuente que disfrazan los deseos, y.... los mas importante:


Nueve razones potentes y crecientes, mágicas y reales, oportunas y sorprendentes, nueve razones para seguir luchando de pie tan intensamente y para siempre...